Plaza de Oriente

PLAZA DE ORIENTE: Único rótulo de todo el Callejero de Alfredo Ruiz de Luna conformado por 20 azulejos, convirtiéndose así en la placa cerámica con mayor número de piezas de toda la ciudad. Tal honor sólo podía ostentarlo la majestuosa Plaza de Oriente representada, como no podía ser de otra manera, por el magnífico Palacio Real de Madrid. La Plaza de Oriente se formó a principios del siglo XIX a consecuencia de los derribos de inmuebles llevados a cabo por orden de José I Bonaparte, cuya intención era dar perspectiva al palacio en consonancia con las tendencias francesas de los palacios de Versalles y París. Ésta toma su denominación por encontrarse al este del palacio, el cual acabó siendo conocido por el mismo nombre con el paso del tiempo. La reforma no se vio culminada durante la ocupación francesa, siendo retomada en el año 1818 por el Ayuntamiento de Madrid, que sufragó el desmonte y explanación de la plaza. Su urbanización se llevó a cabo por Agustín Arguelles, tutor de Isabel II, y Martín de los Heros, intendente real, los cuales concibieron la idea de urbanizar la plaza más o menos con el aspecto que muestra en la actualidad. Se dispusieron para ello, sobre modestos pedestales, gran parte de las esculturas de los reyes asturianos y godos, ejecutadas originalmente para ser instaladas sobre la balaustrada del palacio; entonces se realizaron los espacios ajardinados en torno a las esculturas y se instaló en el centro de la plaza la famosa estatua ecuestre del rey Felipe IV sobre una fuente monumental.

En cuanto a la placa identificativa de la Plaza de Oriente, curiosamente muestra una vista general de la fachada del Palacio Real tomada desde la Plaza de la Armería y no desde la Plaza de Oriente. El palacio fue construido por orden de Felipe V sobre los restos del Alcázar, destruido casi por completo en el incendio del año 1734. Su construcción comenzó en 1738 según los planos de Filipo Juvara, llevados a cabo por Juan Bautista Sachetti y concluidos por Francesco Sabatini, encargado de la conclusión del edificio y sus obras secundarias en tiempos del reinado de Fernando VI. Por su parte a Ventura Rodríguez se debe la configuración de la Capilla Real. El programa escultórico de la fachada fue concebido por Fray Martín Sarmiento, conformando una serie de 94 reyes de la historia de España, desde el primer rey visigodo, Ataulfo, hasta Felipe V con su primera esposa, María Luisa de Saboya, y Fernando VI con la suya, Bárbara de Braganza, colocadas en la fachada principal, sobre el balcón. Todo ello obra del taller de Felipe de Castro y Juan Domingo Olivieri. Sobre el balcón principal se proyectó un relieve de mármol de la "España Armígera", con una alegoría de España como matrona armada y Plutón con el cuerno de la abundancia. El programa del padre Sarmiento concebía el palacio como efigie de la "España Armada" y el nuevo Templo de Salomón, pero éste fue adaptado sobre la marcha dada su complejidad y el elevado número de esculturas, las cuales fueron posteriormente instaladas en la Plaza de Oriente, en el parque del Retiro y repartidos en diferentes puntos de la geografía española.

© 2018 Julio Barba Fernández. Colegio Lourdes, Calle San Roberto, Madrid, 28011
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